Liturgia – Lunes I de Cuaresma

LUNES DE LA I SEMANA DE CUARESMA, feria

Misa de la feria (morado)

Misal: Antífonas y oraciones propias. Prefacio Cuaresma.

Leccionario: Vol. II

  • Lev 19, 1-2. 11-18. Juzga con justicia a tu prójimo.
  • Sal 18. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
  • Mt 25, 31-46. Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.

Antífona de entrada          Sal 122, 2-3
Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores, así están nuestros ojos en el Señor Dios nuestros esperando su misericordia. Misericordia, Señor, misericordia.

Monición de entrada y acto penitencial
Es chocante cómo la Biblia insiste, incluso en el Antiguo Testamento, en que Dios está presente donde las personas se aman y practican obras de misericordia, las unas en bien de las otras. Lo que hacemos a los demás, lo hacemos a Dios. El Antiguo Testamento puso énfasis en el amor, especialmente con respecto a miembros del pueblo elegido, que debían ser considerados como parientes de sangre; de todos modos, sin excluir a los no-judíos. El Nuevo Testamento extiende esto claramente no solo a los miembros del pueblo de Dios, sino a todo ser humano. El reino de Dios está presente donde las personas se tratan mutuamente como hermanos y hermanas. Los que pertenecen al pueblo de Dios -y ahora nosotros a la Iglesia- tienen que dar a todos testimonio de que el amor existe y está vivo, y por lo tanto, de que Dios existe y vive, particularmente por nuestro auténtico amor, respeto e interés por los más débiles y frágiles. Un día seremos juzgados por el amor a nuestro prójimo.

  • Señor, ten misericordia de nosotros.
    • Porque hemos pecado contra Ti.
  • Muéstranos, Señor, tu misericordia.
    • Y danos tu salvación.

Oración colecta
Conviértenos a ti, Dios Salvador nuestro;
ilumínanos con la luz de tu palabra,
para que la celebración de esta Cuaresma
produzca en nosotros sus mejores frutos.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Reflexión
El “discurso escatológico” en el Evangelio de San Mateo se concluye con la imponente descripción del Juicio Universal. En este ineludible dictamen final los hombres serán juzgados de acuerdo a la Ley de Dios y, principalmente, de acuerdo al «gran mandamiento del amor». El ayuno cuaresmal, al que estamos todos invitados durante este tiempo de gracia, ha de ser una denuncia profética de las inequidades que nacen del egoísmo. Este ayuno ha de expresar la inaplazable solidaridad para con los prójimos, privilegiando a los más pobres y necesitados.

Oración de los fieles
Hermanos; oremos ahora los unos por los otros al Señor nuestro Dios, que nos llama a ser santos, porque Él es santo.

1.- Por los muchos que tienen hambre de alimento y también de dignidad humana, para que los que poseen más recursos materiales y humanos les provean generosamente con lo que necesitan, roguemos al Señor.

2.- Por los extraños y extranjeros, para que nosotros sepamos acogerles y aceptarles con todas sus diferencias, roguemos al Señor.

3.- Por los enfermos y los prisioneros, sobre todo si raramente reciben visitas de sus amigos y seres queridos, para que nosotros les mostremos nuestra compasión e interés, roguemos al Señor.

Que llegue a tu presencia, Señor, el meditar de nuestro corazón, y que te agraden las súplicas de nuestra boca, para que cuantos con corazón contrito y humillado buscan tu perdón, obtengan con abundancia los bienes de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, estas ofrendas,
signo de nuestra entrega a tu servicio;
que ellas santifiquen nuestra vida
por obra de tu gracia
y nos obtengan el perdón de nuestras culpas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Cuaresma

Antífona de comunión          Mt, 40. 34
Os aseguro -dice el Señor- que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. Venid, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

Oración después de la comunión
Concédenos experimentar, Señor Dios nuestro,
al recibir tu eucaristía,
alivio para el alma y para el cuerpo;
y, así restaurada en Cristo la integridad de la persona,
podremos gloriarnos de la plenitud de tu salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre el pueblo
Te pedimos, Señor,
que ilumines la mente de tu pueblo
con la claridad de tu luz,
para que alcance a ver lo que debe obrar
y lleve a cabo lo que sea recto.
Por Jesucristo nuestro Señor.