Liturgia – Martes I de Cuaresma

MARTES DE LA I SEMANA DE CUARESMA, feria

Misa de la feria (morado)

Misal: Antífonas y oraciones propias. Prefacio Cuaresma.

Leccionario: Vol. II

  • Is 55, 10-11. Mi palabra cumplirá mi deseo.
  • Sal 33. Dios libra a los justos de sus angustias.
  • Mt 6, 7-15. Vosotros orad así.

Antífona de entrada          Sal 89, 1-2
Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Desde siempre y por siempre tú eres Dios.

Monición de entrada y acto penitencial
Dios proclama su palabra al pueblo de muchas maneras: primeramente, con su “palabra-en-acción”, es decir, sus intervenciones y obras salvadoras; en segundo lugar, sus palabras escritas en la Biblia. Y sobre todo, Dios nos habla y proclama su Palabra-Viva, Jesucristo.
La palabra de Dios puede oírse realmente y encontrar resonancia eficaz solamente cuando toma carne y sangre -cuando se “en-carna”- en la vida de la persona y vibra con pensamiento y sentimiento humanos. Si es así, uno puede responder a ella con palabras orantes de reconocimiento y gratitud, y con la oración-hecha-vida de las buenas obras. La oración es nuestro eco a la palabra de Dios, y lo mismo son nuestras buenas obras. A la palabra de Dios respondemos, en oración y en acción, con nuestra palabra a Dios. 

• Señor, ten misericordia de nosotros.
— Porque hemos pecado contra Ti.
• Muéstranos, Señor, tu misericordia.
— Y danos tu salvación.

Oración colecta
Señor, mira, con amor a tu familia 
y a los que moderan su cuerpo 
con la penitencia, 
aviva en su espíritu 
el deseo de poseerte. 
Por nuestro Señor Jesucristo.

Reflexión
La palabra «Padre» –tan familiar y confiada– ilumina todo el estilo de orar de Jesús. Es la misma palabra que brotaba de las infinitas profundidades del corazón del «Hijo», y que debe manifestar la nueva realidad y el corazón renovado de los «hijos de Dios». Sabemos que cada vez que nos dirigimos a Dios Él es feliz de escucharnos. La condición indispensable para ser atendidos es precisamente esta real e insustituible confianza filial en el Señor. Confianza indisolublemente unida al sincero deseo de vivir en paz con todos.

Oración de los fieles
Oremos, hermanos, al Señor nuestro Dios, que conoce muy bien de qué tenemos necesidad antes que se lo pidamos.

1.- Para que sepamos ser y hacer eco de la palabra de Dios en nosotros mismos, en nuestra oración y en el bien que hacemos a nuestros hermanos, roguemos al Señor.

2.- Para que estemos siempre muy cercanos a la Palabra Viva de Dios, Jesucristo mismo, y que él sea el centro de nuestra vida, roguemos al Señor.

3.- Para que todos nosotros seamos hombres y mujeres de oración, que oremos pidiendo no solamente por nuestras necesidades personales, sino también por las de la Iglesia y las del mundo, roguemos al Señor.

Dios todopoderoso y eterno, refugio en toda clase de peligro, a quien nos dirigimos en nuestra angustia; te pedimos con fe que mires compasivamente nuestra aflicción, líbranos de la pandemia que nos asola, concede descanso eterno a los que han muerto, consuela a los que lloran, sana a los enfermos, da paz a los moribundos, fuerza a los trabajadores sanitarios, sabiduría a nuestros gobernantes y valentía para llegar a todos con amor glorificando juntos tu santo nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Dios y Señor nuestro, creador todopoderoso, 
acepta los dones que tu mismo nos diste 
y transforma en sacramento de vida eterna 
el pan y el vino que has creado 
para sustento temporal del hombre. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Cuaresma

Antífona de comunión          Sal 4, 2
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío; tú, que en el aprieto me diste anchura, ten piedad de mí y escucha mi oración.

Oración después de la comunión
Que esta eucaristía nos ayude, Señor, 
a vencer nuestro apego a los bienes de la tierra 
y a desear los bienes del cielo. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre el pueblo
Oh Dios,
que tus fieles se robustezcan con tu bendición;
sé para ellos consuelo en la tristeza,
paciencia en la tribulación y defensa en el peligro.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

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