Dios padre escucha y atiende a sus hijos con un inmenso amor
Invocación al Espíritu santo:
Ven, Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres; ven, dador de las gracias; ven, lumbre de los corazones. Descanso en el trabajo, en el ardor tranquilidad, consuelo en el llanto. Amen.
Lectura. Mateo capítulo 7, versículos 7 al 12:
Jesús dijo a sus discípulos: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca, se le abre.
¿Hay acaso entre ustedes alguno que le dé una piedra a su hijo, si este le pide pan? Y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Si ustedes, a pesar de ser malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con cuánta mayor razón el Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quienes se las pidan.
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).
Indicaciones para la lectura:
En este texto del Evangelio de San Mateo, Jesús describe a los discípulos la gran confianza que debemos tener a Dios Padre, Jesús pone a Dios como un Padre amoroso que conoce a sus Hijos, y que se hace el encontradizo para aquel que lo busca.
Meditación:
El sermón de la montaña es uno de los pasajes de los cuatro evangelios en que encontramos más claridad y precisión en las palabras de Cristo. Jesús nos transmite dos cosas en este texto: la eficacia total de la oración y la ley de la caridad.
Con frecuencia se puede caer en la tentación de desanimarse en la vida de oración porque no vemos los frutos o no se nos concede aquello que pedimos. Jesús, sin embargo, nos dice todo lo contrario. Todo lo que pidamos a Dios se nos concederá, porque Él es un padre bueno que da a sus hijos aquello que le piden. ¿Qué pensaríamos de un padre que da a su hijo una serpiente, como dice el evangelio, porque este le ha pedido un pan? Dios Padre es tan bueno que no nos concede todo lo que pedimos, sino aquello que conviene a nuestra vida, aunque no nos demos cuenta.
Finalmente, Jesús concluye con la ley que sigue Dios: el amor. Dios nos concede todo por este único motivo. Nosotros, que hemos sido creados a su imagen y semejanza, tenemos que vivir este mismo amor con todos de una manera universal, como lo hace Él. Hagamos un esfuerzo especial estos días de cuaresma para amar más a todos los hombres a ejemplo e imitación de Jesucristo.
Oración:
Señor te pedimos que nos dirijamos con confianza a ti como, como hijos queridos por nuestros padres, gracias, Señor por ser tan buen padre que escucha y que procura que nada les haga falta a sus hijos, perdónanos porque esperamos de ti lo que no te pedimos y algunas veces te reclamamos.
Contemplación:
El Catecismo de la Iglesia Católica señala en el número 2086: “Quien dice Dios, dice un ser constante, inmutable, siempre el mismo, fiel, perfectamente justo. De ahí se sigue que nosotros debemos necesariamente aceptar sus Palabras y tener en Él una fe y una confianza completas.
El documento de Aparecida dice: “Jesús el buen pastor, quiere comunicarnos su vida y ponerse al servicio de la vida”.
Oración final:
Jesús, ayúdame a llevar a cabo mi misión, confiado en que Tú me darás la luz y la fortaleza para poder ser ese canal por el cual fluya tu gracia e inunde a mis hermanos de tu amor. Soy un torpe y débil instrumento, pero sé que, si te lo pido y te dejo actuar, podré lograr milagros. ¡Gracias Señor, por permitirme participar en la evangelización!
Propósito:
Dejar, con confianza, mis preocupaciones en manos de Dios y dedicar un tiempo a la evangelización.