¡Procedencia de los cristianos de Éfeso! Los destinatarios de la carta a los Efesios pertenecieron al paganismo. Han sido el resultado de la evangelización cristiana, ya que no pertenecían al pueblo de Dios. Este pueblo estaba en la luz porque Dios habitaba en medio de él. Los judíos se gloriaban de que la Toráh es luz para los hombres. Los paganos, vivían en las tinieblas. Estos pensamientos dependen del dualismo mitigado que utiliza Pablo en sus cartas, al igual que lo hace la escuela joánica, es decir, dividir a los hombres en dos categorías: los que son de arriba y los que son de abajo, los que pertenecen al ámbito de la carne y los que pertenecen al ámbito del espíritu, los que viven en la luz y los que viven en tinieblas. El autor de la Carta a los Efesios recoge y sigue esta misma forma de expresión. Por tanto, estas palabras han de ser leídas y ofrecidas como el don de la luz que Dios ofrece a todos los hombres que vienen a este mundo (Jn 1). ¡El compromiso de una vida cristiana coherente! La respuesta al don gratuito es comprometerse en una vida coherente con la fe. Las actitudes de los creyentes en medio del mundo han de ser la expresión visible de la luz. Pablo recuerda en sus escritos hasta 50 actitudes positivas (o virtudes) diferentes y otras tantas de carácter negativo (o vicios). Abarca todos los ámbitos en que se desarrolla la vida del creyente.
Fray Gerardo Sánchez Mielgo