Lectio Divina – Miércoles IX de Tiempo Ordinario

Invocación al Espíritu Santo:

Oh Dios, que llenas los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Lectura. Marcos capítulo 12, versículos 18 al 27:

Fueron a ver a Jesús algunos de los saduceos, los cuales afirman que los muertos no resucitan, y le dijeron: “Maestro,Moisés nos dejó escrito que, si un hombre muere dejando a su viuda sin hijos, que la tome por mujer el hermano del que murió, para darle descendencia a su hermano. Había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo se casó con la viuda y murió también, sin dejar hijos; lo mismo el tercero. Los siete se casaron con ella y ninguno de ellos dejó descendencia. Por último, después de todos, murió también la mujer. El día de la resurrección, cuando resuciten de entre los muertos, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque fue mujer de los siete”.

Jesús les contestó: “Están en un error, porque no entienden las Escrituras ni el poder de Dios. Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni los hombres tendrán mujer ni las mujeres marido, sino que serán como los ángeles del cielo. Y en cuanto al hecho de que los muertos resucitan, ¿acaso no han leído en el libro de Moisés aquel pasaje de la zarza en que Dios le dijo, Yo soy el Dios de Abraham el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.Están, pues, muy equivocados”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).

Indicaciones para la lectura:

En el Evangelio de hoy sigue el enfrentamiento entre Jesús y las autoridades. Después de los sacerdotes, de los ancianos y de los escribas (Marcos capítulo 12, versículos 1 al 12) y de los fariseos y herodianos (Marcos capítulo 12, versículos 13 al 17), ahora aparecen los saduceos que plantean una pregunta sobre la resurrección. Asunto polémico, que enfrentaba a saduceos y fariseos (Marcos capítulo 12, versículos 18 al 27).

En las comunidades cristianas de los años setenta, época en que Marcos escribe su Evangelio, había algunos cristianos que, para no ser perseguidos, trataban de conciliar el proyecto de Jesús con el proyecto del imperio romano. Los otros que resistían al imperio eran perseguidos, acusados e interrogados por las autoridades o por los vecinos que se sentían

incómodos por el testimonio de ellos. La descripción de los conflictos de Jesús con las autoridades era una ayuda muy grande para que los cristianos no se dejaran manipular por la ideología del imperio. Leyendo estos episodios de conflicto de Jesús con las autoridades, los cristianos perseguidos se animaban y cobran valor para seguir el camino.

Meditación:

Estáis en un gran error, advierte Jesús. Pero para quien tiene fe, el poder de Dios y las Escrituras hablan desde otro punto de vista totalmente diferente. “El espíritu es quien da vida, la carne no sirve para nada” (Jn 6, 63). Y aquí la carne está representada por los pensamientos demasiado apegados a nuestra condición terrena. Por la falta de sentido trascendente, por el olvido de nuestra dimensión espiritual, del motor interior del amor y del deseo de Dios que laten en nuestro interior.

Cuando el mundo pregona los parabienes de sus placeres, las ventajas de su libertades y la felicidad de su estilo de vida, no es veraz en la mayoría de la ocasiones. No nos conviene apegarnos a este error materialista que oscurece la parte más bella de nuestra vida y esperanza futura. Aquella parte que nos convierte en seres unidos a Dios, a su trascendencia y a su felicidad. Quien comprende y pone en práctica la prioridad de su vida espiritual puede experimentar todo lo demás como secundario.

La clave por la que interpretamos el futuro, que tanto nos preocupa a veces, está en Dios, y solo Él nos la puede revelar a cada uno como un secreto único e intransferible, lleno de plenitud y realización.

Oración:

A ti levanto mis ojos, tú que habitas en el cielo. Lo mismo que los ojos de los siervos miran a la mano de sus amos, lo mismo que los ojos de la sierva miran a la mano de su señora, nuestros ojos miran a Yahvé, nuestro Dios, esperando que se apiade de nosotros (Salmo 123, versículos 1 y 2).

Contemplación:

Ahora es el turno de los saduceos para atrapar a Jesús con una pregunta capciosa. En su respuesta, Jesús recalca la auténtica novedad de la resurrección de la vida (los resucitados serán como ángeles del cielo). Además invoca el relato de Moisés frente a la zarza ardiendo, para subrayar que el Dios reveló que hay Dios de los vivos, no de los muertos. Abraham, Isaac y Jacob están vivos!

¿Cuán profunda es mi fe en la resurrección? ¿Qué diferencia produce esta fe en la forma como viviré de ahora en adelante?

Oración final:

Padre mío, me has creado con una naturaleza que busca trascender, porque me has dado la dignidad de ser tu hijo. Ilumina mi meditación para que confirme que nunca será en las personas, por más buenas que sean, y por mucho que las ame, donde podré saciar esta sed de trascendencia, porque todas las creaturas, fallamos y somos finitas. Permite que sepa comprender que la gran verdad de mi vida es que Tú me amas.

Propósito:

Dedicar más y mejor tiempo para hacer un examen de conciencia, profundo, sobre los progresos y retrocesos en mi vida espiritual.

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Lectio Divina – Martes IX de Tiempo Ordinario

Él se levantó y lo siguió

Invocación al Espíritu Santo:

Señor todopoderoso, salvador nuestro, danos tu ayuda para que siempre deseemos las obras de la luz y realicemos todo en tu nombre, así los que hemos nacido del bautismo demos testimonio verdadero ante los hombres. Amén.

Lectura. Marcos capítulo 2, versículos 13 al 17:

Jesús salió de nuevo a caminar por la orilla del lago; toda la muchedumbre lo seguía y él les hablaba. Al pasar, vio a Leví (Mateo), el hijo de Alfeo, sentado en el banco de los impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.

Mientras Jesús estaba a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron a la mesa junto con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían. Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con los pecadores y publicanos, preguntaron a sus discípulos: “¿Por qué su maestro come y bebe en compañía de publicanos y pecadores?”

Habiendo oído esto, Jesús les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no hevenido para llamar a los justos, sino a los pecadores”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).

Indicaciones para la lectura:

Los fariseos consideraban pecadores y los menospreciaban públicamente a los que ejercían profesiones despreciables como era el caso de los recaudadores de impuestos que son señalados como los que robaban al pueblo, y con esta clase de personas los llama Jesús a que los sigan y con ellos se sienta a la mesa. Y les pide que reconozcan a los enfermos y se habrán con humildad y fe a la acción salvífica de Dios.

Meditación:

¡Premio mayor! Mateo, el publicano, se llevó el premio mayor. El leproso recobró la lozanía en su piel. El paralítico volvió a andar y además se le perdonaron sus pecados.

Pero Mateo, se quedó con la mejor parte: elegido para seguir a Cristo, y además de los primeros doce.

El caso de Mateo es especial. Él no era pescador. Era un hombre de negocios y podemos suponer que le iba bastante bien. Pero a diferencia de lo que muchas veces nos pasa, él no estaba apegado. Pasó Cristo por su vida y como dijo el Maestro en la parábola “lo dejó todo para comprar el terreno donde estaba el tesoro escondido”.

Esto nos habla de que hay vocaciones ocultas incluso bajo los ropajes de una vida exitosa. Y, de hecho, Cristo no riñe nunca con Mateo porque era rico. Pues Mateo antes de partir con Jesús a extender el Reino decidió hacer una fiesta: ¡porque es un gran acontecimiento ser llamado! Y porque no tenía su corazón apegado a los bienes de este mundo.

Oración:

Te damos gracias Señor Dios todo poderoso, porque has permitido que lleguemos a este día, en el que queremos ser tus testigos ante a las personas que más lo necesitan, y que esta acción de gracias sea nuestra ofrenda.

Contemplación:

Mantenernos sanos es el deber de todo cristiano, es nuestro principal compromiso. En el antiguo testamento la enfermedad es su propia limitación, y está vinculado al pecado. Los profetas intuyeron que la enfermedad podía tener también un valor redentor de los pecados propios y ajenos (Catecismo de la Iglesia Católica numeral 313).

Oración final:

Señor, Tú transformaste toda la vida de san Mateo, haz también de mí tu discípulo y misionero. No permitas que me excuse pensando en que no tengo tiempo o las habilidades necesarias, porque el ser tu apóstol no son unas actividades sino una actitud vital que debe influenciar mi vida en todo momento, en cada lugar y circunstancia. ¡Aquí estoy Señor, envíame!

Propósito:

Aprovechar el tiempo libre de este sábado para hacer una visita pausada a Cristo Eucaristía.

Lectio Divina – Lunes IX de Tiempo Ordinario

Llamados a colaborar en la viña del Padre

Invocación al Espíritu Santo:

Oh Dios, que llenas los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Lectura. Marcos capítulo 12, versículos 1 al 12.

Jesús comenzó a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos y les dijo: “Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre para el vigilante, se la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje al extranjero. A su tiempo, les envió a los viñadores un criado para recoger su parte del fruto de la viña. Ellos se apoderaron de él, lo golpearon y lo devolvieron sin nada. Les envió otro criado, pero ellos lo descalabraron y lo insultaron. Volvió a enviarles otro y lo mataron. Les envió otros muchos y los golpearon o los mataron.

Ya solo le quedaba por enviar a uno, su hijo querido, y finalmente también se lo envió, pensando: ‘A mi hijo sí lo respetarán’. Pero al verlo llegar, aquellos viñadores se dijeron: ‘Este es el heredero; vamos a matarlo y la herencia será nuestra’. Se apoderaron de él, lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña.

¿Qué hará entonces el dueño de la viña? Vendrá y acabará con esos viñadores y dará la viña a otros. Acaso no han leído en las Escrituras: ¿La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular? Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente.

Entonces los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, quisieron apoderarse de Jesús, porque se dieron cuenta de que por ellos había dicho aquella parábola, pero le tuvieron miedo a la multitud, dejaron a Jesús y se fueron de ahí.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).

Indicaciones para la lectura:

Esta perícopa que hemos leído es llamada como: Parábola de los viñadores homicidas.

Esta parábola es para el evangelista la verdadera respuesta de Jesús a la pregunta del Consejo de Ancianos, sobre la identidad de Jesús.

También Jesús deja en claro el destino que le espera, él como el hijo querido, y los ancianos como los viñadores homicidas.

Jesús con esta parábola, quiere hacer ver a los que tenían el poder religioso de ese tiempo que han sido como los viñadores egoístas que siguen la voluntad de ellos mismos y no la voluntad del Padre.

Meditación:

Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos. recibe la misión de su Señor. Pongámonos en su lugar. ¿Qué pensaría?, ¿con qué actitud emprende el camino? Es una misión difícil, es más, sabe que llevarla a cabo le exigirá que lo maltraten y que lo despidan con las manos vacías. Así es nuestra misión. Desproporcionada a nuestras posibilidades.

El solo verla ya nos hace dudar: no sirvo para este empleo, el estudio no es lo mío, esto de ser madre… cada uno ponga aquí su misión. ¿No es cierto que su peso nos aplasta? Ahora veamos a este siervo, ¿de dónde saca el valor, el coraje, la constancia para llevar a cabo su misión? Sale sin duda alguna de la confianza y humildad en su Señor. Confianza que nace del saber que su Señor lo conoce y por ello le encomienda una misión dura tanto así que lo llevará a la muerte y una muerte humillante.

En nuestra vida de cristianos por tanto aceptemos con confianza y humildad la misión personal que Cristo nos pide. Misión de predicar y vivir la caridad, defender la vida, promover la oración entre nuestros familiares y amigos, etc. Pidamos a Dios nuestro Señor que nos conceda esta confianza y humildad.

Oración:

Señor Jesús, haz que mi vida siga el único camino, que me lleve a la verdad, para poder llegar un día a dar ese fruto que me pides cada día, transfórmame en una persona que lo único que me preocupe sea cumplir tu voluntad. Esto te lo pido, Tú que vives y reinas en la unidad del Padre y del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Contemplación:

Catecismo de la Iglesia Católica numeral 541: “Cristo, por tanto, para hacer la voluntad del Padre, inauguró en la tierra el Reino de los cielos”. Pues bien, la voluntad del Padre es elevar a los hombres a la participación de la vida divina…

Numeral 129: Dios nos revela su proyecto de vida. Cada vez que Israel buscó y necesitó a su Dios, sobre todo en las desgracias nacionales, tuvo una singular comunión con él.

Oración final:

Señor, ¿cómo pudieron llegaron a pensar los viñadores que, matando al hijo, iban a heredar la viña? El mismo sin sentido tendría el pretender vivir sin tu gracia, el hacer las cosas solamente para fines terrenos, pasajeros. Ayúdame a vivir de acuerdo a mi fe, a mi dignidad de hijo de Dios, llamado a la santidad.

Propósito:

En una visita al Santísimo, rezar un sincero acto de contrición y un propósito de enmienda.

Lectio Divina – Santísima Trinidad

“¡El amor del Padre al mundo!”

Invocación al Espíritu Santo:

Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don en tus dones espléndido, luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo. Ven dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu alimento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.

Lectura. Juan capítulo 3, versículos 16 al 18:

“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).

Indicaciones para la lectura:

En el capítulo tercero de Juan, Jesús tiene una intervención muy importante para Nicodemo, ya que este representa a los judíos instruidos, pero que no quieren que se sepa su simpatía por Jesús. Por eso acuden a él de noche. Nicodemo reconoce la autoridad de Jesús, basada en los signos que hace, pero Jesús reacciona diciendo que es insuficiente. Lo esencial es captar a Jesús como el enviado, el revelador del Padre, procedente del mundo de arriba. El nuevo nacimiento es obra del Espíritu y se realiza en el bautismo. Sin ello no hay salvación, ni vida, ni posibilidad de entrar en el reino. Y comienza con el discurso a la incomprensión, que se centra en descubrir cómo ha acontecido la salvación: la iniciativa procede de Dios, y se realiza por medio del Hijo.

Meditación:

El ser humano solo puede abarcar con sus manos un puñado de gotas: pero frente a él aún queda todo un océano por descubrir. Algo similar ocurre con el misterio de la Trinidad y de su Amor. En ambos, las palabras se quedan cortas y el horizonte permanece sin agotar. Incluso podríamos llevar esta imagen más adelante, pues el mar no ha sido hecho para agarrarlo. Ante algo tan grande solo hay dos actitudes posibles: quedarnos en la orilla, contemplando un horizonte tan vasto, o bien sumergirnos en él.

Cristo nos habla del Padre y del Espíritu para “sumergirnos” en la vida de Dios. Una vida en la que reina el amor, la entrega, el olvido de sí por el otro… Y tan grande es este océano de caridad, que el agua se desborda de cualquier recipiente. Tanto ama el Padre al Hijo que por Él crea el universo entero: lo ama tanto como la distancia entre las galaxias, como el número infinito de estrellas, como la efusión de vida en nuestro planeta. Este amor entre el Padre y el Hijo es tan potente y tan dinámico, que se trata de una Persona distinta: el Espíritu Santo.

Podríamos tal vez preguntarnos: ¿no es esto algo demasiado abstracto y lejano de nuestra realidad humana? ¿Qué relación tiene la Trinidad con nuestra propia vida? Precisamente por este motivo el Hijo de Dios asume nuestra naturaleza humana. El Padre nos crea por amor, y por amor nos envió a Cristo, para salvarnos. Su amor por el Hijo es tan grande ¡Tan grande! que en él cabemos todos los hombres y mujeres de este mundo. “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo único…”. Para el océano del Amor divino no hay muros ni barreras que resistan. Inunda toda nuestra existencia, pues por él hemos nacido, por él recibimos la vida cada día, y en vista de él sucede todo en nuestra vida. Incluso nuestro pecado, decía San Agustín, pues nuestra miseria es el recipiente de la misericordia divina. “Dios envió a su Hijo para que el mundo se salvara por Él…”.

Ante misterios tan grandes solo hay dos opciones. Podemos quedarnos en la orilla, contemplando con asombro un horizonte tan vasto, o bien podemos -y debemos- adentrarnos y nadar cada vez más profundo, abriendo espacio en nuestro corazón para Dios, dejando que el Amor vaya empapando cada acto de nuestra vida.

Oración:

Gracias Señor por tener compasión de todos los pecadores, por mostrarnos tu ternura en medio de tantos conflictos que vive nuestra nación Mexicana en medio de la violencia, una luz, un camino sale a nuestro encuentro que es, Cristo, tu Hijo amado, el predilecto, gracias por mostrarnos tu amor y ser nuestro padre rico en amor, ternura y misericordia para esta generación que cae y se levanta porque en ti está nuestra mayor felicidad, gracias Señor, por toda la eternidad.

Contemplación:

“Llevar siempre con nosotros la Palabra, leerla, abrir el corazón a la Palabra, abrir el corazón al Espíritu es lo que nos hace entender la Palabra. Y el fruto de este recibir la Palabra, de conocer la Palabra, de llevarla con nosotros, de esta familiaridad con la Palabra, es un fruto grande: la actitud de una persona que hace esto, es animado por la bondad, benevolencia, alegría, paz, dominio de sí, docilidad”.

(Homilía de S.S. Francisco, 9 de mayo de 2017, en Santa Marta).

Oración final:

Esta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito:

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré estar disponible para mi familia, entregando mi tiempo y mi atención sin poner límites de tiempo.

Lectio Divina – Sábado VIII de Tiempo Ordinario

Cristo como Autoridad Viva

Invocación al Espíritu Santo:

Señor, te rogamos que venga sobre nosotros tu Santo Espíritu, para que sea él quien nos guíe en nuestro camino, en el cual meditamos tu vida y tus enseñanzas, para que así te sigamos imitando y poder llegar un día a tu reino.

Lectura. Marcos capítulo 11, versículos 27 al 33:

Jesús y sus discípulos llegaron de nuevo a Jerusalén, y mientras Jesús caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?

Jesús les respondió: “Les voy a hacer una pregunta. Si me la contestan, yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme”.

Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si le decimos que, de Dios, nos dirá: ‘Entonces ¿por qué no le creyeron?, y si le decimos que de los hombres… “Pero, como le tenían miedo a la multitud, pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús: “No lo sabemos”. Entonces Jesús les replicó: “Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).

Indicaciones para la lectura:

Esta perícopa que hemos leído es llamada como: La autoridad de Jesús es cuestionada.

El tema central y dominante del Evangelio de Marcos es dar a conocer la identidad de Jesús, es por eso que trata de dar a conocer esa identidad, por medio de la autoridad.

La identidad que Jesús quiere dar a conocer es de carácter teológico, ya que la autoridad que tiene Jesús es dada por el Padre.

Meditación:

Aquellos hombres habían visto sus milagros, pero no pueden reconocerle. Todo el pueblo acude a Él y los enfermos vuelven curados… Y sin embargo, sus oídos están sordos, y la luz que a todos ilumina y sana, parece, en su caso, haberles cegado.

No reconocerán su poder, ni su autoridad, pero lo más grave es que tampoco verán su amor y su bondad. La razón la profetiza el mismo Jesús: Vosotros no queréis venir a mí para tener vida. (…) Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae (Jn 5, 40.44). A los hombres nos cuesta reconocer el derecho que Dios tiene a ser el dueño de nuestras vidas y a meterse en nuestros asuntos. Como sucedía con los escribas, celosos de su propia autoridad, no permitimos a Jesús entrar en ciertas parcelas de nuestra vida, sin darnos cuenta que con esta actitud impedimos al Señor su acción. Porque Él se adapta a nuestra libertad, y solo puede hacernos más felices si renovamos nuestra fe, si acudimos a la oración humilde del que se siente necesitado, y si confiamos en que su gracia y poder divinos unidos a nuestras pobres fuerzas pueden lograr lo que deseamos de corazón.

Propósito
Reflexionar diariamente si mi oración de cada día me acerca la Padre y a Jesús.

Diálogo con Cristo
Querido Jesús, abre mi mente y, sobre todo mi corazón, para descubrir el tesoro de mi fe en tu Evangelio. Ayúdame a creer, aunque me duela, porque implique el que tenga que cambiar mi modo de pensar, mis ideas, donde me he «acomodado» para evadir toda exigencia. Dame la fuerza para dejar atrás mis prejuicios e inseguridades. ¡Muéstrame el camino de tu amor!

Oración:

Señor ilumina mi entendimiento para que nunca quiera ponerme por encima de tus mandatos, haz que mi vida sea como la de los discípulos, para que yo pueda seguirte y así comprender cada día mejor tus mandatos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Contemplación:

Catecismo de la Iglesia Católica numeral 575: Muchas de las obras y de las palabras de Jesús han sido, pues, un signo de contradicción para las autoridades religiosas de Jerusalén, aquellas a las que el Evangelio de san Juan denomina con frecuencia «los judíos», más incluso que a la generalidad del pueblo de Dios.

Numeral 587: Si la ley y el templo de Jerusalén pudieron ser ocasión de contradicción entre Jesús y las autoridades religiosas de Israel, la razón está en que Jesús, para la redención de los pecados obra divina por excelencia, acepta ser verdadera piedra de escándalo para aquellas autoridades.

Documento de Aparecida numeral 31: La iglesia debe cumplir su misión siguiendo los pasos de Jesús y adoptando sus actitudes. Él, siendo el Señor, se hizo servidor y obediente hasta la muerte de cruz.

Oración final:

Querido Jesús, abre mi mente y, sobre todo mi corazón, para descubrir el tesoro de mi fe en tu Evangelio. Ayúdame a creer, aunque me duela, porque implique el que tenga que cambiar mi modo de pensar, mis ideas, donde me he «acomodado» para evadir toda exigencia. Dame la fuerza para dejar atrás mis prejuicios e inseguridades. ¡Muéstrame el camino de tu amor!

Propósito:

Hoy Cristo nos invita a que solo a él lo sigamos. Las autoridades humanas a veces caemos en errores, Cristo en cambio nos da a conocer la verdad y la vida, luchemos por tenerlo como núcleo en cada instante de nuestra vida.

Lectio Divina – Viernes VIII de Tiempo Ordinario

El templo, casa de oración

Invocación al Espíritu Santo:

Espíritu Santo fuente de todo consuelo, te pedimos que ilumines nuestras capacidades intelectuales para que podamos comprender el gran misterio que encierra la palabra, para que podamos dar testimonio del amor que Dios nos tiene. A ti que vives y reinas con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos. Amén.

Lectura. Marcos capítulo 11, versículos 11 al 26:

Después de haber sido aclamado por la multitud, Jesús entró en Jerusalén, fue al templo y miró todo lo que en él sucedía; pero como ya era tarde, se marchó a Betania con los Doce.

Al día siguiente, cuando salieron de Betania, sintió hambre. Viendo a lo lejos una higuera con hojas, Jesús se acercó a ver si encontraba higos; pero al llegar, solo encontró hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces le dijo a la higuera: “Que nunca jamás coma nadie frutos de ti”. Y sus discípulos lo estaban oyendo.

Cuando llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a arrojar de ahí a los que vendían y compraban; volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas; y no dejaba que nadie cruzara por el templo cargando cosas. Luego se puso a enseñar a la gente, diciéndoles: “¿Acaso no está escrito: Mi casa será casa de oración para todos los pueblos? Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones”.

Los sumos sacerdotes y los escribas se enteraron de esto y buscaban la forma de matarlo; pero le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de sus enseñanzas. Cuando atardeció, Jesús y los suyos salieron de la ciudad.

A la mañana siguiente, cuando pasaban junto a la higuera, vieron que estaba seca hasta la raíz. Pedro cayó en la cuenta y le dijo a Jesús: “Maestro, mira: la higuera que maldijiste se secó”.

Jesús les dijo entonces: “Tengan fe en Dios. Les aseguro que si uno le dice a ese monte: ‘Quítate de ahí y arrójate al mar’, sin dudar en su corazón y creyendo que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso les digo: Cualquier cosa que pidan en la oración, crean ustedes que ya se la han concedido, y la obtendrán. Y cuando se pongan a orar, perdonen lo que tengan contra otros, para que también el Padre, que está en el cielo, les perdone a ustedes sus ofensas; porque si ustedes no perdonan, tampoco el Padre, que está en el cielo, les perdonará a ustedes sus ofensas”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).

Indicaciones para la lectura:

En este nuevo pasaje, Jesús recurre a una nueva acción simbólica; el Mesías-Rey se revela bajo el aspecto de juez. La higuera, junto con la viña, simboliza en la tradición bíblica al pueblo de la alianza, que debe dar frutos de buenas obras. Pero bajo un abundante follaje, Jerusalén, lo mismo que la higuera a la que se acerca Jesús, quiere esconder su terrible esterilidad. El judaísmo oficial no ofrece los frutos deseados, y por eso merece la condena de Jesús. En cuanto al templo Jesús quiere volverle su verdadera dimensión. Con sus palabras hace alusión a algunos profetas como Isaías y Jeremías. Lo que hace en el templo se debe ante la infinidad de porquerías que se manejaban dentro de él, desde la injusticia hasta el robo; contrastante con su verdadera función. Por otra parte, el que la higuera estéril, se convierta en seca, sirve al evangelista para poner en la boca de Jesús tres dichos probablemente independientes en su origen, que constituyen un verdadero catecismo para la comunidad cristiana, obligada a dar los frutos que el judaísmo no quiso dar. En algunos escritos se añade el versículo 26 que dice: “Pero si ustedes no perdonan, tampoco su Padre celestial les perdonará sus culpas”.

Meditación:

El pasaje de hoy nos muestra una cara de Jesús muy sorprendente. Un momento de dureza. Los sumos sacerdotes, los escribas y notables del pueblo saben muy bien de qué se trata todo esto y quieren quitarlo de en medio, que no les paralice ni boicotee sus negocios.

Parece que Jesús se enfada con mercaderes y vendedores, y en parte es así. Pero su enfado no viene por su profesión, su enfado no va dirigido a los de fuera del templo, va dirigido a los de dentro. Esto que parece una apreciación sin importancia la tiene y mucha, pues el mensaje que Jesús quiere transmitir va encaminado a cada uno de nosotros.

Sí, a cada uno de los cristianos que vamos a visitar el templo, a cada uno de los sacerdotes y religiosos que sirven de manera especial al Señor y a cada uno de los que llevan la iglesia con una responsabilidad mayor y de dirección. El mensaje es único: “mi casa es casa de oración”. ¿Que querrá decirnos Jesús con esto? Quizás esté pensando en las personas que muchas veces usamos la iglesia como medio para nuestros intereses, quizás esté pensando en cada hijo suyo que frecuenta los sacramentos y no se acaba de convencer de que lo importante verdaderamente es servir sin ser visto, sin sacar tajada, sin que nadie lo note.

A la Iglesia hemos de acudir de puntillas, con la confianza de un niño pero con un corazón que ore, que busque el encuentro verdadero con Dios, y no con los hermanos que pueden terminar en negociaciones ajenas al dueño de la casa.

La Iglesia indudablemente es un misterio, y está llena de humanidad, y cuenta con fallos humanos. Con nuestra vida sincera y sencilla y nuestra actitud orante formamos también esa otra Iglesia, que es la que vale: la Iglesia de los Santos, la Iglesia que es camino de Salvación, la Iglesia compañera nuestra en la gran aventura de encontrarnos con Dios.

Propósito

Hacer un examen de mi estilo vida para evaluar qué tipo de testimonio doy de mi fe.

Diálogo con Cristo

Señor Jesús, qué difícil resulta ir contra corriente y qué fácil es autoengañarme para justificar mi falta de testimonio y coherencia vida. Te doy gracias por esta oportunidad de poder dialogar contigo, porque la oración tiene el poder de desterrar los vicios y actitudes negativas que me alejan del amor. Permite que me deje contagiar del celo que te devoraba por cumplir siempre, y en todo, la voluntad de Dios.

Oración:

Amado señor Jesucristo, que nos invitas a tener la fe suficiente para lograr obrar en el mundo, al igual que nos invitas a defender celosamente la casa de Dios, te rogamos nos ayudes a respetar nuestros cuerpos, auténticos templos del Espíritu Santo. Que nuestra oración se convierta en hacedora de milagros gracias a la fe que profesamos y logremos llevar una vida de gracia para agradarte. Amén.

Contemplación:

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña en el numeral 593: Jesús veneró el templo subiendo a él en peregrinación en las fiestas judías y amó con gran celo esa morada de Dios entre los hombres. El templo prefigura su Misterio.

Numeral 153: La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él. Para dar la respuesta a la fe es necesaria la Gracia de Dios.

Numeral 548: Los signos que lleva a cabo Jesús, testimonian que el Padre le ha enviado. Invitan a creer en Jesús. Concede lo que le piden los que acuden a él con fe.

El Documento de Aparecida nos enseña en el numeral 480: La fe cristiana nos muestra a Jesucristo como la verdad última del ser humano, el modelo en el que el ser hombre se despliega en todo su esplendor ontológico y existencial.

Oración final:

¡Señor!, sé que a veces me he alejado de ti. No me he confiado en tus manos, me he desesperado cuando surge alguna dificultad. Quiero ser tu mejor amigo, ayúdame a salir de esta incredulidad que no me permite estar muy cerca de ti. Señor, confío en ti. Ayúdame a crecer más en ti, pues tú vales la vida entera; ayúdame a verte en los demás, en los que sufren; enséñame el camino que he de seguir y nunca permites que me separa de ti. Así sea.

Propósito:

Pedir a Dios con suficiente oración el don de la Fe, para que podamos transformar nuestra comunidad, dando testimonio de una fe madura, que ayude a muchos cristianos a satisfacer sus necesidades de espíritu.

Lectio Divina – Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote

¡La mesa de la Palabra y Eucaristía!

Invocación al Espíritu Santo:

Espíritu Santo, inúndame como el agua, riega todo mi ser con el agua viva de la gracia purificadora, haciendo reverdecer en mí todo lo árido y seco. Penétrame como el viento que arrastre todo lo que esté de más en mi vida. Impúlsame como viento impetuoso que arranque de mí todas las falsas seguridades; que disipe mis oscuridades; y llene de santo calor todo lo frío; devuélveme la vida llenándome de una auténtica y sana alegría. Así sea.

Lectura. Lucas capítulo 22, versículos 14 al 20:

Llegada la hora de cenar, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: “Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, porque yo les aseguro que ya no la volveré a celebrar, hasta que tenga cabal cumplimiento en el Reino de Dios”. Luego tomó en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias y dijo: “Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios”.

Tomando después un pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio diciendo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. Después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: “Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).

Indicaciones para la lectura:

La cena pascual judía adquiere en este relato un nuevo significado, al convertirse en anuncio de la muerte de Jesús, hecho con el que se inaugura la nueva alianza. Lucas insiste en relacionar la cena de pascua con la muerte sacrificial de Jesús en la cruz. Por su parte, esta nueva alianza solo alcanzará su plenitud en el reino que viene. El centro del relato se encuentra en las palabras de Jesús sobre el pan y el vino.

Meditación:

Cristo estaba ansioso de celebrar la Pascua con sus apóstoles. Sabe lo que esta Pascua significa, pero no la teme, sino la desea, no huye, sino que la prepara cuidadosamente. Quiere compartir la mesa con sus apóstoles, despedirse, es su adiós en el tiempo.

A nosotros también nos espera Cristo para compartir la mesa con nosotros. Y si al hacerlo nuestros corazones se encuentran abiertos y deseosos de conocer más y mejor al Señor, el Espíritu Santo trabajará en cada uno de nosotros, y así podremos vivir, cada día más, como cristianos auténticos, esforzándose por adquirir las virtudes necesarias para ello.

Jesucristo es Sumo y Eterno Sacerdote que instituye el sacerdocio y la Eucaristía. En este jueves hagamos una reflexión de agradecimiento. Al despedirse Él, también promete su presencia viva, poniendo en manos de los Doce al Espíritu Santo que hará realidad el misterio de la Eucaristía. Demos gracias al Señor por cada sacerdote que hace posible, por medio del Espíritu, la presencia viva de Cristo.

Oremos por las vocaciones, que no falten hombres que con sus manos consagradas hagan presente a Cristo para poder recibir la vida de Dios en la Eucaristía.

Oración:

Te agradecemos buen Jesús, porque nos invitas a ser parte de la familia en comunión, que se reúne en torno a tu mesa, para celebrar el banquete de tu Palabra y de tu Cuerpo. Ayúdanos a ser capaces de imitar tu entrega y donación en los momentos de nuestra vida diaria, teniendo como fuente y referencia siempre la Eucaristía, donde nuevamente te haces presente para recordarnos que el Reino de Dios hay que vivirlo desde ahora. Te agradecemos por tantos sacerdotes que has llamado a continuar reuniendo a esta gran familia en comunión, y a ser testigos de esperanza y amor en nuestras comunidades, que podamos ver en ellos siempre un signo vivo de tu presencia que nos acompaña en nuestra vida.

Contemplación:

*Por tanto, debemos considerar la Eucaristía, como acción de gracias y alabanza al Padre, como memorial del sacrificio de Cristo y de su Cuerpo, como presencia de Cristo por el poder de su Palabra y de su Espíritu (Catecismo de la Iglesia Católica numeral 1358).

*La Eucaristía, sacramento de nuestra salvación realizada por Cristo en la cruz, es también un sacrificio de alabanza en acción de gracias por la obra de la creación. En el sacrificio eucarístico, toda la creación amada por Dios es presentada al Padre a través de la muerte y resurrección de Cristo. Por Cristo, la Iglesia puede ofrecer el sacrificio de alabanza en acción de gracias por todo lo que Dios ha hecho de bueno, de bello y de justo en la creación y en la humanidad (Catecismo de la Iglesia Católica numeral 1359).

*La Eucaristía es un sacrificio de acción de gracias al Padre, una bendición por la cual la Iglesia expresa su reconocimiento a Dios por todos sus beneficios, por todo lo que ha realizado mediante la creación, la redención y la santificación. “Eucaristía” significa, ante todo, acción de gracias (Catecismo de la Iglesia Católica numeral 1360).

*A la ofrenda de Cristo se unen no solo los miembros que están todavía aquí abajo, sino también los que están ya en la gloria del cielo: La Iglesia ofrece el sacrificio eucarístico en comunión con la santísima Virgen María y haciendo memoria de ella así como de todos los santos y santas. En la Eucaristía, la Iglesia, con María, está como al pie de la cruz, unida a la ofrenda y a la intercesión de Cristo (Catecismo de la Iglesia Católica numeral 1370).

Compromiso:

Me propondré acudir a la celebración Eucarística y pedir en mi comunión por todos los sacerdotes del mundo, de manera especial por los que sirven en mi comunidad.

Lectio Divina – Visitación de María a Isabel

¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?

Invocación al Espíritu Santo:

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu Creador y renueva la faz de la tierra.

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Lectura. Lucas capítulo 1, versículos 39 al 56:

María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto esta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte delSeñor”.

Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso susojos en la humildad de su esclava.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.

Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, aAbraham y a su descendencia, para siempre”.

María permaneció con Isabel unos tres meses, y se volvió a su casa. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).

Indicaciones para la lectura:

Hoy, fiesta de la visitación de Nuestra Señora, el Evangelio habla de la visita de María a su prima Isabel. Cuando Lucas habla de María, él piensa en las comunidades de su tiempo que vivían dispersas por las ciudades del Imperio Romano y les ofrece en María un modelo de cómo deben relacionarse con la Palabra de Dios. Una vez, al oír hablar a Jesús, unamujer exclamó: “Feliz la que te dio a luz y felices los pechos que te amamantaron”. Elogió a la madre de Jesús. Inmediatamente, Jesús respondió: “¡Felices, pues, los que escuchan la palabra de Dios y la observan!” (Lucas capítulo11, versículos 27-28). María es el modelo de comunidad fiel que sabe escuchar y practicar la Palabra de Dios. Al describir la visita de María a Isabel, enseña qué deben hacer las comunidades para transformar la visita de Dios en servicio a los hermanos y a las hermanas.

El episodio de la visita de María a Isabel muestra otro aspecto bien típico de Lucas. Todas las palabras y actitudes, sobre todo el cántico de María, forman una gran celebración de alabanza. Parece la descripción de una solemne liturgia. Así, Lucas evoca el ambiente litúrgico y celebrativo, en el cual Jesús fue formado y en el cual las comunidades tenían que vivir su fe.

Meditación:

La prontitud con que María fue a servir a su prima demuestra el verdadero fruto que comporta tener a Jesús en el corazón.

Son varios los comentadores que señalan la primera concepción que se llevó a cabo de la Madre del Señor antes que la física; antes que el Verbo de Dios se hiciera Carne en el Seno de María, se hizo “amor” en su corazón y así ella lo aceptó primero en el alma para luego venir misteriosamente en su vientre a cobijarse. De este modo la imagen de la acogida de Jesús por parte de los cristianos está abierta a todos: hombres y mujeres, santos y pecadores, dignos e indignos. María se mostró inmediatamente dispuesta a los planes de Dios.

Quien ha cobijado de veras a Jesús en el alma podrá dar los frutos que esta identificación comporta. El cristiano de verdad no podrá pasar desapercibido ante la mirada de los hombres, máxime si ellos viven en la justicia de Dios.

Isabel era una mujer justa. Ya mayor parecía que la maldición de Dios era más que un hecho. Mujer maldita era la estéril entre los judíos. La fecunda demostraba la gracia con que Dios la había regalado en su fecundidad. Y de todos modos luchaba por demostrar su amor a Dios junto con su fiel esposo Zacarías, a pesar de que los hechos mostraran otra cosa. Los planes de Dios no son los planes de los hombres.

Muchas veces, más de lo que creemos Dios escribe recto con reglones torcidos. Los justos que parecen despreciados por Dios son en realidad los más amados. Y tarde o temprano Dios los premia. Probados como están por el amor de verdad, son como irresistibles a un Dios que desfallece ante los humildes. Isabel tuvo un hijo. El que sería el más grande profeta, Juan el Bautista.

María va donde su prima para acompañarla y servirla. Ella, la que quiso ser virgen por amor a Dios cuando eso significaba una locura cultural; Ella, que supo acoger al Verbo de Dios primero en su corazón y que lo tuvo realmente presente como un sagrario viviente; Ella que ante tanta prontitud con Dios no podía serlo menos con los hombres aunque eso significara sacrificio. Va a ver a una vieja pariente para servirla. ¿Si eso hizo la que sería la futura madre de Dios, no podríamos servir nosotros de la misma manera?

La persona de María siempre tiene algo de atrayente, algo que resuena en nuestras almas por ser ella el modelo más perfecto de la Creación. Nos encontramos frente a una mujer como ninguna. ¿Por qué? Pues porque su ejemplo de humildad, caridad y prontitud para servir es un fuerte llamado a convertir nuestro corazón, a prepararlo para recibir a ese Niño tan esperado. Él solo espera encontrarnos listos para darnos todo lo que Él puede dar: la vida eterna.

Contemplemos la escena. María, una joven de unos 15 años, como muchas de su época. Una joven que lleva en su seno la Vida apenas concebida. Camina, peregrina en los montes para llegar a donde está su prima. No se enorgullece al ser nombrada como Madre de Dios. Al contrario, su humildad le hacen abandonar cualquier tipo de comodidad para ir a esos lugares donde se necesite un apoyo, alguien cercano que asista al prójimo sin esperar ninguna clase de recompensa.

El arcángel le ha confesado que quien espera en el Señor nunca será despreciado. Ese fue el caso de Isabel. Y es también la situación de muchas personas que en necesidad o prosperidad, en la alegría o la tristeza saben dirigir su pensamiento a Dios para buscar solo lo que a él le agrade.

A quien prepare su corazón, como María o Isabel, Dios entre otros tantas gracias espirituales o incluso humanas, no deja de darle el don del Espíritu Santo. Gracias a él podemos estar siempre alegres aun en medio de la adversidad, ser generosos con los demás, caritativos con cualquier persona porque solo quien tiene a Dios puede darlo a los demás. Cristo viene, ¿estamos listos para recibirlo?

Oración:

María, hoy concluye el mes dedicado a honrarte. Gracias por tu compañía. Gracias por tu amor, tu calor y tu cercanía de Madre. Pongo en tus manos este momento de oración, ayúdame a hablar con tu Hijo, a alabarlo y glorificarlo, como lo hacías Tú.

Contemplación:

María era una mujer de fe. Isabel la alaba, no porque ha concebido a Cristo, sino porque creyó en las palabras del ángel. Pidámosle a ella la profunda fe que necesitamos en estos tiempos turbulentos. Dios puede hacer lo que creemos que es imposible.

María comparte la alabanza a Dios. Aquí no hay falsa humildad, sino solo el reconocimiento de la verdad. Dios es el autor de todo lo bueno en mi vida. Que pueda reflexionar sobre eso.

Oración final:

Jesús, quiero terminar esta oración consagrándome a María. Quiero imitarla en ese abandono total a la voluntad santísima de Dios, en su fe fuerte, en su esperanza inquebrantable y en su caridad ardiente. No permitas nunca que me separe de mi madre María, porque ella es quien educa mi corazón en la escucha y en la generosidad, para saber ser humilde y dócil a las luces del Espíritu Santo.

Propósito:

Llevar la Buena Nueva del Evangelio a un enfermo o a un necesitado.

Lectio Divina – Martes VIII de Tiempo Ordinario

Vale la pena dejarlo todo

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo y llena los corazones de tus fieles, enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu Santo y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra. Bendice nuestra mente con los siete sagrados dones, a fin de conocer la verdad y esforzarnos por ratificar el llamado que Dios nos hace. Te lo pedimos por Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Lectura. Marcos capítulo 10, versículos 28 al 31:

Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte”.

Jesús le respondió: “Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos otierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres e hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna. Y muchos que ahora son losprimeros serán los últimos, y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).

Indicaciones para la lectura:

Seguimos con el mismo discurso sobre el desprendimiento de las riquezas. Sin embargo, desde el capítulo 9 en los versículos 33 al 37 Jesús comienza ese discurso que termina en el relato de este joven. Pedro, después de estar consultando con los discípulos sobre ¿quién podrá salvarse?, pregunta a Jesús sobre los sacrificios que ellos han hecho al dejar todo lo que tenían y poseían. Pero Jesús, ahora es quien muestra todos los frutos a los que lo han seguido.

Meditación:

Hoy es Pedro quien se gloría de haberlo dejado todo. Cuando antes todos se espantaban de las palabras del Señor: quién podrá salvarse. Tan duras les resultaban las palabras de Maestro cuando decía que ningún rico se salvaría. Ellos no eran ricos. Pero bien que entendieron las palabras de Cristo. Con mucho o con poco se es rico, esto es, todo hombre se apega a las cosas. Pedro, hablando más con el espíritu que con la carne, dice bien: “lo han dejado todo y le siguieron”.

Jesús le responde, esperando que sus oidores entiendan también como antes el fondo de sus palabras: “recibirán el ciento por uno”. Cierto que les habla de cosas, de bienes que aumentarán. Cierto que para ello han de hacer una opción radical por Él, una opción que no es despreciar las cosas sino desapegarse de ellas para apegarse a Dios y amar en Dios esas cosas que han dejado, con un amor rectificado por la experiencia de Cristo. Es más, el que haya logrado experimentar la plenitud liberalizadora de la opción radical por Cristo, no sentirá gusto sino solo en Dios. Y las creaturas, tan bellas como su Hacedor, serán los medios para mejor amarle y servirle.

Pero entre las cosas que se nos prometen está una poco agradable, poco comprensible: las persecuciones. Se nos prometen persecuciones como premio por el seguimiento de Cristo. ¿Quién, en efecto, está libre de las cruces de esta vida? ¿Quién en esta tierra ha vivido sin sufrir algo? Nadie. Todos somos pasto de las fieras del egoísmo de nuestros hermanos. Y sin embargo Cristo nos promete estos sufrimientos por Él. ¡Qué extraño regalo! Muy extraño. Pero extraño es para el que no ama. Es una locura sufrir por Cristo si no se le tiene. Quien lo tiene lo da todo porque lo ama. Quien sufre por alguien amado crece, se enaltece, siente que recibe más de lo que ha podido dar. Pero también sabe que esos padeceres no son eternos. Eterna será la Gloria junto a Cristo en el cielo. Y por eso lo sufre todo, se deja querer por Jesús plenamente. No tengamos miedo. Optar por Cristo siempre será la mejor empresa de nuestra vida. Hay que vivirlo para comprenderlo.

Oración:

Señor Jesús fuente y origen de nuestra salvación, tú que nos das la oportunidad de seguirte y acompañarte en el camino, haz que en medio de las tribulaciones y ataques a la Santa Iglesia no desfallezcamos en el camino, y sigamos empeñándonos en consolidar el Reino entre los hermanos para que viviendo el llamado que tú nos haces, demos un excelente testimonio ante aquellos que se sienten ofendidos y desanimados en la fe. Que tu llamado nos comprometa a poner en práctica tu Palabra, para que, comprendiéndola, la hagamos vida, en busca de la paz verdadera. Amén.

Contemplación:

Veamos lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el numeral: 2544. Jesús exhorta a sus discípulos a preferirle a Él respecto a todo y a todos y les propone renunciar a todos sus bienes, por Él y por el Evangelio.

El Documento de Aparecida numeral 131: El llamamiento que hace Jesús, el Maestro, conlleva una gran novedad. Jesús invita a encontrarnos con Él y a que nos vinculemos estrechamente a Él, porque es la fuente de la vida y solo Él tiene palabras de vida eterna.

Compromiso:

Estar atentos a los signos de los tiempos para descubrir el llamado que Dios nos está haciendo mediante esos acontecimientos, para que, descubriéndolo, nos comprometamos a seguirlo en los hermanos.

Lectio Divina – María, Madre de la Iglesia

“Ser testigos y anunciar la resurrección del Señor”

Invocación al Espíritu Santo:

Envía Padre bueno tu luz, para que sea ella la que nos guíe y nos conduzca por el buen camino. Ven Espíritu Santo e ilumínanos para ser buenos discípulos de Jesús, anunciar y ser testigos de su resurrección y al mismo tiempo trasmitir ese gozo y esa alegría a los demás. Amén.

Lectura. Juan capítulo 19, versículos 25 al 34:

“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. Después de esto,sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dice: “Tengo sed”. Había allí una vasijallena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. Cuandotomó Jesús el vinagre, dijo: “Todo está cumplido”. E inclinando la cabeza entregó el espíritu. Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado – porque aquel sábado era muy solemne – rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

(Se lee el texto dos o más veces, hasta que se comprenda).

Indicaciones para la lectura:

Jesús quiere que su obra redentora continúe a través de su Iglesia representada por el Apóstol amado y María, su Madre. Estar junto a la Cruz de Jesús es, para María y Juan, un acto de compasión, es decir, padecer junto a Él, correr con la misma suerte; sólo que Dios tenía otros planes para ellos. El hecho de acoger a una persona en su propia casa es un signo de comunión, de solidaridad y fraternidad con Jesús.

Dentro de las palabras: “todo está cumplido” se encierra una gran cantidad de signos y gestos de amor de Jesús por el ser humano. Es la vida misma de Él contenida en una expresión, no de fracaso y resignación, sino de victoria. Jesús alza las manos, victorioso, no derrotado; consiente del hecho mismo llevado a cabo en ese momento: dar la vida por salvación del mundo. Estas últimas palabras de Jesús están cargadas de alegría, de paz, de perdón y de amor.

Expirar es sacar fuera, exhalar el espíritu, sacar de dentro de sí la vida. Jesús entrega la vida para dar más vida y lo hace de modo consciente, por ello, es un acontecimiento de amor y libertad. Entrega la vida delante de sus amigos para que certifiquen que sus propias palabras, antes anunciadas, en ese momento tienen cumplimiento. Es una prueba final de laveracidad y autenticidad que antes se le pedía (“Danos una señal…”), es un gesto extremo del amor divino: es volver adar la vida. Es un mensaje primario a los apóstoles, después para los escribas y sacerdotes del Templo.

Meditación:

Morir en una cruz es una pena dada a los malhechores. “La cruz como castigo procedía de oriente, sobre todo de lospersas; fue poco usada entre los griegos, pero mucho más en Cartago y, sobre todo, entre los romanos. Entre los romanos, era el suplicio más cruel e ignominioso, que sólo se aplicaba de ordinario a los esclavos o a los libres noromanos, por crímenes de homicidio, robo, traición y sedición.”

La sangre y el agua son signos de la nueva alianza y del bautismo, es decir, de una vida nueva. ‘Sangre de Cristo derramada’ es la expresión plástica de la muerte de Cristo en su significación salvadora, utilizada por el nuevotestamento. El agua es un signo de purificación y limpieza, es un signo de vida, de renovación y cambio, el agua borra o limpia simbólicamente los pecados.

La muerte de Jesús tiene un sentido redentor. Su valor radica en el amor personal con que se realiza, en la libertad con que se asume y en ser fruto de la verdad de Cristo. Esta muerte es un rescate, un pago, una deuda saldada. Jesús se convierte en un GOEL, rescatador y liberador de la esclavitud del pecado. Es un signo de la nueva alianza, un nuevo pacto hecho con Dios.

La muerte humana es tan lejana como cercana a nosotros, es tan propia como ajena, tan visible como oculta, tan perceptible como ininteligible, es tan real como ficticia, es tan impactante como sin sentido, tan vaga como precisa. Esto la lleva a constituirse como una de las más grandes paradojas que tiene la vida. Para los cristianos, la muerte no es el final, sino el inicio de una vida divina.

Oración:

Te damos gracias Señor por todo lo que nos has regalado, Padre Señor de la vida gracias porque Cristo resucitó en el sepulcro. ¡Aleluya! Él es el lucero matinal que no conoce el ocaso. Él es el camino por donde los hombres debemos seguir. Padre lleno de amor haznos testigos de tu hijo Jesucristo que ha muerto, pero que ha dado la vida por nosotros y ha resucitado, por Cristo nuestro Señor. Amén.

Contemplación:

A nosotros, este texto nos invita a ser solidarios, a estar al pie de la cruz de los necesitados, de los que sufren, de los otros jóvenes con problemas o adicciones. Es un texto que nos debe crear la conciencia sobre la necesidad de amor que experimenta la humanidad y de la cual nosotros podemos ser solución o ayuda.

A veces andamos con rodeos en las tareas o trabajos que nos tocan y difícilmente decimos: “todo está cumplido”. Estetexto nos invita a dar el máximo esfuerzo hasta el final y a cumplir cabalmente nuestras tareas.

Por último, nos invita a descubrir que dar la vida por las personas que amamos tiene sentido, pero darla por las que no amamos tiene más sentido. Jesucristo dio la vida por todos: santos y pecadores, justos e injustos, buenos y malos y eso le justifica su sacrificio. Sólo si estamos convencidos de la fuerza salvadora del amor podremos dar nuestra propia vida al servicio de los demás: Jesucristo nos invita a hacer un pequeño sacrificio.

Oración final:

Jesús, qué alegría poder celebrar la Pascua, con júbilo festejo que has vencido el miedo al sufrimiento y a la muerte… y todo para enseñarme un estilo de vida que me puede llevar a la plenitud el amor. ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! Rebosa mi corazón de esa auténtica emoción que da una paz inigualable. Confío que no se apagará por los problemas y contrariedades que hoy se puedan presentar, sé que depende de mi actitud porque tu gracia lo hace posible.

Propósito:

Poner especial atención a la convivencia familiar, para que este día esté caracterizado por la alegría.