LAUDES
SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ
(1891-1942). Nació en Breslau, de familia judía. Recibió el bautismo a los 32 años y posteriormente ingresó en el Carmelo. Ofreció su vida por el pueblo de Israel en los hornos crematorios de Auschwitz, víctima de la persecución nazi.
INVOCACIÓN INICIAL
V/. Señor, ábreme los labios.
R/. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Se reza el invitatorio cuando laudes es la primera oración del día.
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.
SALMO 23: ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
— ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
— El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
— Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
— ¿Quién es ese Rey de la gloria?
— El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
— ¿Quién es ese Rey de la gloria?
— El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
HIMNO
«Quien entrega su vida por amor,
la gana para siempre»,
dice el Señor.
Aquí el bautismo proclama
su voz de gloria y de muerte.
Aquí la unción se hace fuerte
contra el cuchillo y la llama.
Mirad cómo se derrama
mi sangre por cada herida.
Si Cristo fue mi comida,
dejadme ser pan y vino
en el lagar y en el molino
donde me arrancan la vida.
SALMO 62: EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
Ant. En medio de sus tormentos, los mártires de Cristo contemplaban su gloria y decían: «Ayúdanos, Señor».
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. En medio de sus tormentos, los mártires de Cristo contemplaban su gloria y decían: «Ayúdanos, Señor».
CÁNTICO de DANIEL: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR
Ant. Almas y espíritus justos, cantad un himno a Dios. Aleluya.
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
Ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
Astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
Vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor;
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant. Almas y espíritus justos, cantad un himno a Dios. Aleluya.
SALMO 149: ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Ant. Mártires del Señor, alabad al Señor en el cielo.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles,
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Ant. Mártires del Señor, alabad al Señor en el cielo.
LECTURA: 2Co 1, 3-5
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo; Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo.
RESPONSORIO BREVE
R/ Los justos viven eternamente
V/ Los justos viven eternamente
R/ Reciben de Dios su recompensa.
V/ Viven eternamente.
R/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
V/ Los justos viven eternamente
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.
Benedictus. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR. Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por la boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.
PRECES
Celebremos, amados hermanos, a nuestro Salvador, el testigo fiel, y, al recordar hoy a los santos mártires que murieron a causa de la palabra de Dios, aclamémoslo, diciendo:
Nos has comprado, Señor, con tu sangre.
Por la intercesión de los santos mártires, que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe,
— concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.
Por la intercesión de los santos mártires, que proclamaron la fe hasta derramar su sangre,
— concédenos, Señor, la integridad y la constancia de la fe.
Por la intercesión de los santos mártires, que, soportando la cruz, siguieron tus pasos,
— concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por la intercesión de los santos mártires, que lavaron su manto en la sangre del cordero
— concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.
Terminemos nuestra oración diciendo juntos las palabras del Señor y pidiendo al Padre que nos libre de todo mal:
Padre nuestro…
ORACION
Dios de nuestros padres, llénanos de la ciencia de la cruz con la que colmaste, en el martirio, a santa Teresa Benedicta, y concédenos, por su intercesión, que te busquemos siempre a ti, la Verdad más alta, y que hasta la muerte guardemos fielmente la alianza de amor eterno que, para salvar el mundo, has sellado con la sangre de tu Hijo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.